
Redacción: Cosas / Foto: EWTN News
Tras el fallecimiento del Papa Francisco, el Vaticano se prepara para elegir a su sucesor. A las 17:45 (hora local), se cerraron oficialmente las puertas de la Capilla Sixtina, marcando el inicio del cónclave. En su interior, 133 cardenales con derecho a voto se han reunido bajo los imponentes frescos de Miguel Ángel, dando comienzo a uno de los procesos más solemnes y reservados de la Iglesia Católica.
Bajo un estricto juramento de secreto, los cardenales buscarán alcanzar un consenso con al menos dos tercios de los votos para proclamar al nuevo Pontífice. ¿La señal para el mundo? El tradicional humo negro indica que aún no hay decisión. El humo blanco, en cambio, anuncia el esperado Habemus Papam: un nuevo Papa ha sido elegido.
El cónclave puede resolverse en cuestión de horas o extenderse durante días, incluso semanas. El más corto de la historia duró apenas 10 horas, en 1503, cuando fue elegido el Papa Julio II. En contraste, el más largo se desarrolló entre 1268 y 1271, prolongándose por casi tres años. En aquel entonces, el retraso fue tan prolongado que se llegó a racionar la comida a los cardenales para forzar una decisión. Finalmente, se eligió al Papa Gregorio X.
En el caso más reciente, el Papa Francisco fue elegido al quinto escrutinio, tan solo en el segundo día del cónclave de 2013.
Hoy, miles de personas ya se congregan en la Plaza de San Pedro, con la mirada puesta en la pequeña chimenea de la Capilla Sixtina, esperando el humo que anunciará el desenlace de este histórico proceso. Mientras tanto, el mundo observa con expectativa el desarrollo de este rito milenario, que decidirá el futuro de la Iglesia Católica.