
En el universo del vino, hay etiquetas que trascienden lo excepcional. Don Melchor, de Viña Concha y Toro, es una de ellas. Reconocido recientemente como el “Vino del Año 2024” por la prestigiosa revista Wine Spectator, este Cabernet Sauvignon se consolida como un referente global de elegancia, complejidad y origen.
Para conocer más sobre los secretos de esta aclamada cosecha, conversamos con Benjamín Mitarakis, de Viña Concha y Toro, quien nos reveló detalles únicos del terroir de Puente Alto, el arte detrás de su vinificación y los desafíos de mantenerse en la cúspide del mundo vitivinícola.
1. Viña Don Melchor es icónica dentro de la industria vinícola. ¿Qué elementos definen al carácter de esta cosecha? (sabores, aromas)
“La cosecha 2021 nos brindó vinos muy expresivos, rebosantes de concentración, densos y largos, que destacan por su fruta y la calidad de textura de cada variedad cultivada en el viñedo Don Melchor, exhibiendo un fino equilibrio entre delicadeza y energía, con sabores y aromas extremadamente expresivos”, describe Enrique Tirado la cosecha 2021 de Don Melchor.
La mezcla final del vino ganador del primer lugar entre los mejores vinos de 2024 por Wine Spectator, incluye un 93% de Cabernet Sauvignon, 4% de Cabernet Franc y un 3% de Merlot. Fue guardado por 15 meses en barricas de roble francés, donde el 68% corresponden a barricas nuevas, y el 32% a barricas de segundo uso. Luego continúa su guarda por un año más, desarrollando así la complejidad y elegancia propia de Don Melchor.
2. Ha sido elegido como el vino del año 2024 por Wine Spectator, ¿Qué atributos puntuales han hecho que gane este reconocimiento y cómo compite con otros en su categoría?
Enrique Tirado, comenta que: “Es un gran honor recibir este reconocimiento. Personalmente creo que, para producir un gran vino, es necesario tener una vision clara de hacia dónde se quiere ir, manteniéndose fiel a la esencia del terroir, pues es él quien verdaderamente nos guía. Somos conscientes de esto, y es por eso que en cada una de sus añadas buscamos expresar la belleza del perfecto equilibrio del terroir de Puente Alto. Don Melchor nace del suelo pedregoso de este origen, el viento frío que baja de la cordillera de los Andes, sus vides añosas y el cuidadoso trabajo del hombre en el viñedo, convirtiéndose así en un lugar único en el mundo para producir un gran Cabernet Sauvignon chileno y de carácter andino. Este importante reconocimiento, por lo tanto, no solo llega a coronar este excepcional terroir, sino también el trabajo dedicado, minucioso y comprometido de tanta gente que ha buscado la excelencia de Don Melchor año tras año”.
Entre los atributos que consolidan a Don Melchor como uno de los mejores Cabernet Sauvignon del mundo y que lo diferencian de otros vinos en su categoría son:
1. Un vino que tiene su origen en un terroir único a los pies de la majestuosa Cordillera de los Andes.
2. Viña Don Melchor es guardián de una selección masal centenaria y preciada de Cabernet Sauvignon pre-filóxera, un patrimonio vitivinícola de clase mundial.
3. Promueve fielmente la vida y biodiversidad en el viñedo con un manejo agroecológico sostenible.
4. Se preserva conscientemente el terroir de Viña Don Melchor para las futuras generaciones, con un proyecto innovador como su Viñedo Solar.
5. A través de un micro manejo en el viñedo Don Melchor, se mejora la diversidad del suelo y se busca encontrar la mejor expresión del Cabernet Sauvignon.
6. Se busca la excelencia en el vino final, a través del Arte de la Composición en la elaboración de cada nueva cosecha de Don Melchor.
3. ¿Cuál es, para que nuestros lectores comprendan de mejor manera, la cualidad del terroir de Palo Alto en Chile que logra este tipo de cosechas tan notables?
Profundizaremos un poco más en este origen único. El viñedo Don Melchor, ubicado a los pies de la majestuosa Cordillera de los Andes, es el origen de Don Melchor, un Cabernet Sauvignon de clase mundial que busca reflejar, en cada copa, la expresión más pura de un terroir único que está marcado por una influencia Andina.
Cuando hablamos de vinos con una trayectoria destacada y un claro sentido de origen, no podemos dejar de mencionar a Don Melchor. Este Cabernet Sauvignon, de Viña Don Melchor, filial del grupo Concha y Toro, ha logrado consolidarse como uno de los Cabernet Sauvignon chilenos más reconocidos y premiados a nivel mundial.
Recientemente, Don Melchor alcanzó la máxima distinción que un vino puede recibir: ser nombrado como “Vino del Año 2024” por la influyente revista estadounidense Wine Spectator. Pero, ¿qué convierte a un vino en un referente y en el número uno de la industria vitivinícola? Entre los factores clave, destaca su origen: un elemento fundamental que posiciona a Don Melchor como un ícono entre los vinos de alta gama a nivel global.
La creación de un origen: Puente Alto
Hace millones de años, al término del Paleozoico, el territorio que hoy conocemos como Chile se encontraba bajo el océano Pacífico, con solo las cumbres más altas emergiendo como islotes independientes. A lo largo de las eras geológicas, procesos tectónicos, volcánicos y climáticos dieron forma al paisaje chileno actual, conformando cuatro grandes estructuras: la planicie costera, la cordillera de la Costa, la depresión intermedia y la Cordillera de los Andes.
Dentro de esta larga evolución geológica, tomó forma Puente Alto, ubicado en el corazón de la depresión intermedia. Esta zona, profundamente influenciada por la actividad volcánica del complejo “Caldera del Diamante” y del volcán Maipo, fue enriquecida con materiales como lava y ceniza. A ello se sumaron los deshielos estacionales, que arrastraron sedimentos desde las alturas de la cordillera, mientras los constantes movimientos de la placa de Nazca contribuyeron a modelar el terreno. Finalmente, el río Maipo —formado a partir del deshielo glaciar— terminó por esculpir el valle, depositando materiales detríticos y trayendo consigo brisas frescas que aún hoy moderan el microclima local.
Un terroir excepcional para un Cabernet Sauvignon de clase mundial
El viñedo Don Melchor, situado en la prestigiosa Denominación de Origen Puente Alto, es el hogar de Don Melchor. Este excepcional viñedo, emplazado a los pies de la Cordillera de los Andes, abarca 125 hectáreas, de las cuales el 93% están plantadas con Cabernet Sauvignon prefiloxérico, traído desde Burdeos, Francia, a fines del siglo XIX. También incluye pequeños porcentajes de Cabernet Franc, Merlot y Petit Verdot.
Hoy en día, este terroir se posiciona al nivel de las grandes apelaciones vitivinícolas del mundo, como Pauillac, Saint-Émilion y Margaux, pertenecientes a una de las regiones más reconocidas de Francia, así lo confirma la renombrada crítica británica Jancis Robinson MW: “Las zonas vinícolas como Pirque, cerca de la capital Santiago, son especialmente buenas para cultivar Cabernet, gracias a los depósitos de grava del río Maipo, las brisas refrescantes y la proximidad de los Andes. Puente Alto, entre los suburbios en expansión y las montañas, es el Pauillac de Chile”.
Un mosaico de suelos: riqueza y complejidad
La singularidad de Puente Alto se manifiesta especialmente en sus suelos de origen aluvial, compuestos por gravas, arenas y arcillas arrastradas por el río Maipo desde los Andes. Su estructura de excelente drenaje y baja fertilidad favorece el desarrollo profundo de las raíces, lo que permite a las vides captar minerales esenciales para la estructura y complejidad del vino.
En Don Melchor, este "mosaico de suelos" cobra vida a través de 151 microparcelas que, juntas, componen una sinfonía de matices. Cada una refleja una expresión distinta del viñedo, y es esta diversidad la que permite crear un Cabernet Sauvignon de gran fineza, capaz de revelar la auténtica personalidad de su noble origen en el viñedo Don Melchor, Puente Alto.
Influencia andina: clima, frescura y elegancia
La Cordillera de los Andes desempeña un rol clave en la identidad de Don Melchor. Los vientos fríos que descienden desde las cumbres generan una alta amplitud térmica entre el día y la noche, lo que prolonga el proceso de maduración de las uvas. Este fenómeno climático promueve un equilibrio perfecto entre concentración aromática, frescura y taninos elegantes.
Como lo explica Enrique Tirado, CEO y Director Técnico de Viña Don Melchor:
“El estilo, complejidad y fineza de Don Melchor nacen del equilibrio entre el suelo pedregoso de Puente Alto, el viento frío andino, el clima excepcional del Alto Maipo, la madurez de las parras y el meticuloso trabajo en el viñedo.”
Un legado que trasciende
El viñedo Don Melchor ubicado en la aclamada Denominación de Origen Puente Alto, es el resultado de una perfecta armonía entre la tierra, el clima y la mano del hombre. En este rincón único, donde la naturaleza y la historia convergen, nace un Cabernet Sauvignon que trasciende lo excepcional. Don Melchor no solo representa la excelencia enológica, sino que también es un símbolo del compromiso por preservar un terroir privilegiado y rendir homenaje a las tradiciones vitivinícolas que han llevado a esta región a la más alto de la escena mundial.
4. ¿Cómo se logra consistencia en este tipo de vinos a través de los años con tantos cambios desde el clima y la producción, de ser el caso?
El arte de la composición detrás de un gran Cabernet Sauvignon: La maestría del oficio
La consistencia de Don Melchor a lo largo de los años se logra gracias a una combinación excepcional de terroir, precisión técnica, profundo conocimiento del viñedo y un meticuloso proceso de selección enológica.
Todo comienza en el Viñedo Don Melchor, ubicado en Puente Alto, a los pies de la Cordillera de los Andes. Este lugar único entrega condiciones excepcionales de clima y suelo: suelos aluviales con excelente drenaje, marcada amplitud térmica entre el día y la noche, y una altitud que favorece una maduración lenta y equilibrada de las uvas. Estas características hacen de Puente Alto uno de los terroirs más prestigiosos para el Cabernet Sauvignon a nivel mundial.
El viñedo está dividido en 151 microparcelas, cada una con identidad propia. Estas se manejan individualmente desde la poda invernal hasta la cosecha, buscando el equilibrio perfecto entre vigor y calidad. Cada parcela se vinifica por separado para preservar su carácter único.
Cada año, el enólogo Enrique Tirado trabaja junto al reconocido consultor francés Eric Boissenot - hijo del célebre Jacques Boissenot y asesor de grandes châteaux franceses como Château Lafite Rothschild, Château Latour y Château Margaux-, en Bordeaux, donde degustan entre 150 y 200 muestras. Juntos seleccionan los lotes que mejor expresan la esencia del Cabernet Sauvignon de Puente Alto. Este proceso se basa en la degustación, el análisis técnico y una sensibilidad enológica afinada, permitiendo crear una mezcla final que mantiene la identidad, elegancia y profundidad del vino.
Gracias a este terroir excepcional y a un trabajo enológico riguroso y coherente, Don Melchor logra mantener una calidad sobresaliente y una personalidad distintiva en cada añada, consolidándose como uno de los grandes Cabernet Sauvignon del mundo.
5. ¿Cuáles son los desafíos para Don Melchor después de este reconocimiento y, en general, en el contexto internacional y con un consumidor global?
Uno de los principales desafíos es mantener, día a día, el mismo nivel de excelencia y rigurosidad en cada etapa del proceso de elaboración, con el firme propósito de continuar creando uno de los mejores Cabernet Sauvignon del mundo.
A su vez, es fundamental seguir fortaleciendo el vínculo con nuestros clientes y consumidores, generando experiencias memorables que reflejen la esencia y calidad de Don Melchor. Esto nos permitirá continuar llevando la excelencia de este gran vino a quienes más lo valoran, en un contexto global cada vez más competitivo y exigente.
Tradición, origen y excelencia con proyección global
Más que un vino, Don Melchor representa un legado vivo que honra el terroir chileno y lo eleva al más alto estándar internacional. La meticulosa combinación entre ciencia, arte y sensibilidad enológica, sumada a la riqueza de Puente Alto, permite que cada añada mantenga una consistencia admirable y un carácter inconfundible.
Tras su reciente reconocimiento como el mejor vino del año, el desafío ahora es seguir cultivando esa excelencia con humildad, innovación y compromiso. Un camino que Viña Don Melchor parece recorrer con la misma maestría con la que compone cada cosecha.